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Ahora que estamos juntas, ahora que sí nos ven

  • Foto del escritor: Ana Karen
    Ana Karen
  • 8 mar 2021
  • 4 Min. de lectura

Hablemos de feminismo.


Creo que es importante que aunque cada persona pueda tener cierta interpretación del movimiento volvamos a las raíces para tener siempre presentes que el movimiento feminista surge como una necesidad de justicia e igualdad, derechos que históricamente se les han sido negados a las mujeres, y aunque hemos avanzado mucho gracias a un sin número de mujeres, la lucha sigue.

Las mujeres estamos listas, juntas, fuertes y conscientes.

¿Por qué es importante hablar de feminismo?

Creo que lo mejor del feminismo es que cuestiona, piensa, propone y ofrece soluciones al orden establecido y eso es sumamente valioso, porque nos invita a todos como sociedad a retar las verdades absolutas en donde solo los hombres salen beneficiados.

Hablar de feminismo significa educar a personas valientes, empoderadas, libres, con criterio, independientes y sobre todo, dueñas de su propio destino.

Porque NADIE debería decirnos cómo debemos ser. Ni cómo debe ser una mujer, ni un hombre, porque ya lo somos simplemente por existir.

Hablar de feminismo también se trata de romper espectativas ajenas. Porque por mucho tiempo, incluso antes de nacer se espera cómo vamos a ser, qué o quién nos va a gustar, cómo debemos hablar, incluso a qué nos podemos dedicar. Ni si quiera hemos nacido, conocido el mundo exterior y ya estamos limitados a una idea de cómo debemos ser y actuar.

Por eso, hablar de feminismo te invita a vivir en libertad.

¿Todas las mujeres debemos pensar igual?

Recordar al movimiento feminista como uno que defiende la construcción individual de tu propia identidad a través del pensamiento crítico y el constante cuestionamiento de tu entorno, me hace pensar que no todas las mujeres debemos tener las mismas ideas, porque reconoce que no todas vivimos la misma realidad.

Lo que sí creo es que todas las mujeres tenemos que estar conscientes de que vivimos bajo una misma dominación y esa es nuestra esperanza de lucha, esa razón es la que nos une y nos hace hermanas.

Así que aunque pareciera que vamos en direcciones distintas, me emociona pensar que la mujer está haciendo consciencia, está poniendo sus propios temas sobre la mesa en su esfera privada y pública, está defendiendo sus ideales, está visibilizando sus problemáticas e injusticias, se está organizando para hacer valer su propia voz y eso, eso sí nos une y nos representa a todas.


¿Mujeres V.S. hombres?

Creo que es muy importante recordar que el movimiento feminista nunca ha participado en una guerra de sexos, ni ha pretendido construir dos mundos separados en donde un sexo sea mejor que el otro. Más bien, hace una invitación a que mejoremos el mundo que tenemos y nos comprometarmos a vivir en un mundo sin violencia de género, sin machismo, sin androcentrismo, sin sexismo, para que así, podamos romper con el sistema patriarcal.

Sin embargo, también creo que ya no es suficiente para el movimiento que los hombres simplemente estén como espectadores, Creo que sí pueden ayudar. Dejando de lado el debate de si pueden o no ser feministas es importante que se cuestionen.

Si las mujeres no estamos cuestionando ¿por qué los hombres no?

Cuestionen sus creencias de masculinidad. ¿Quién se las enseño?, ¿en dónde aprendieron a ser hombres?, ¿por qué le enseñaron que esa era la manera de ser hombre?, ¿qué privilegios han tenido que han visto como algo normal?, ¿de verdad todo ese “deber ser” los hace más o mejores hombres? ¿de verdad son felices y plenos con estos estándares? ¿cuáles son los límites que se han impuesto por “ser hombre”?, ¿cuántas veces han encubierto a su amigo, primo o tío?, ¿cuántas veces han perpetuado el machismo?

También es su responsabilidad deconstruirse para avanzar y evolucionar.

Entonces, no es cuestión de sentarse a ver. Hay mucho que hacer, mucho que escuchar, mucho que aprender.

¿Qué encontré en el feminismo?

Te quiero contar lo que yo encontré en el feminismo, pero reconozco que es algo sumamente personal y que cada quien podría verlo desde una perspectiva distinta.

En el feminismo encontré las respuestas a muchas preguntas sobre un supuesto orden de las cosas que simplemente me parecían injustas.

En el feminismo encontré un camino hacia la consciencia, el empoderamiento y la independencia para luchar por mi propia identidad y tener la valentía suficiente para asumir mi responsabilidad a pesar de tener un coste social.

En el feminismo encontré un colectivo que está dispuesto a luchar por ti sin conocerte, sin estar físicamente a tu lado, pero con toda la empatía y sororidad que se necesita para incendiar el espacio físico y digital. Porque hay veces que así se tiene que hacer, porque la violencia y el patriarcado no son poca cosa.

En el feminismo encontré una forma de celebrar nuestras diferencias sin juicios ni etiquetas, porque entiendo que cada quien tiene motivos distintos y luchas distintas. A unas les resuena más la violencia psicológica o económica, a otras los golpes y los abusos sexuales, a otras la interrupción del embarazo, a otras la brecha salarial y de puestos, a otras los derechos y libertades sexuales, porque cada quien ha tenido una historia y una realidad distinta, pero juntas nos respetamos, juntas nos abrazamos y juntas nos apoyamos.

En el feminismo encontré que ningún gobierno, sociedad o ideología es suficiente para quitarnos la esperanza, porque cuando una cosa no funciona buscamos otra, porque estamos decididas a transformar nuestra realidad, porque no fue una, fuimos todas, porque no es solo por mi, es por todas.


¡Hermanas, juntas nos cuidamos!

A todas mis hermanas feministas les digo, llevemos esta lucha con orgullo y dignidad. Sigamos aprendiendo, leyendo, escuchando y cuestionando. Que nunca nos digan que no se puede porque lo estamos haciendo y se va a caer. Luchemos por nuestras abuelas, por nuestras amigas, por nosotras y por todas las que vienen.

Y nos van a ver... nos van a ver juntas, organizadas, fuertes, furiosas y apasionadas. Pero nunca más calladas, obedientes, recatadas y abnegadas, porque LA REVOLUCIÓN ES FEMINISTA.

¡NI UNA MÁS, NI UNA MENOS!


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