¿Cómo son tus amistades?
- Ana Karen
- 8 feb 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 10 feb 2021
Hablemos de las amistades.
No recuerdo cuándo fue la primera vez que reconocí a alguien como un amigo, solo sé que en este momento tengo a contadas personas a las que llamo amistades de la vida, pero la vida ha cambiado tanto y con ella, se ha llevado algunas y ha traído otras. De todas y cada una me siento sumamente agradecida.

Hay amistades para todo
Hay amistades que te cuidan, te escuchan y te dan los mejores consejos.
Hay amistades que te sacan carcajadas sin contarte un chiste, su presencia por sí sola te alegra el día.
Hay amistades que están siempre, en cada logro, en cada sueño cumplido o roto.
Hay amistades que son solo por el recuerdo.
Hay amistades que hace años que no ves, pero no se sueltan.
Hay amistades que han crecido y evolucionado contigo.
Hay amistades que dejaron de serlo, pero no niegan su pasado.
Hay amistades que no se explican, pero se vibran.
Hay amistades que son todo eso.
Y aunque seguramente seguiré evolucionando y mis amistades conmigo, me gustaría contarte lo que he aprendido de ellas.
De la amistad aprendí…
Qué hay lazos que nunca se rompen, solo se transforman.
Qué más que amistades se vuelven redes de apoyo.
Qué los juicios no caben, porque se vive un tipo de amor incondicional.
Qué celebra los éxitos y abraza los fracasos.
Qué acompaña en silencio cuando las palabras sobran.
Qué contiene los miedos y sostiene los sueños.
Qué busca mil maneras de estar.
Qué reconoce las vulnerabilidades y las direcciona a nuevas oportunidades.
Qué se cultivan con el tiempo pero se fortalcen con recuerdos.
Qué empodera para voltear a ver al cielo, pero nunca pierde los pies del suelo.
Qué no opaca, no resta, no limita y no agobia.
Y la verdad…
Con los años las amistades se vuelven pocas, pero se fortalecen las cercanas. De repente los grupos de diez o quince se hacen grupos de tres o cuatro, de un momento a otro cada uno toma su camino y poco hacen por volverse a encontrar. Las fiestas enormes comienzan a ser reuniones en corto.
Uno empieza a ser consciente de lo que la palabra amigo significa y dejas de llamar a cualquiera de esa manera.
¿Recuerdas cuando en la primaria llegaba alguien y te decía “amiga/o, me pasas la bolita”? Ahora, cuántas veces te cachas diciendo que alguien no es tu amigo, más bien un conocido…
Estoy segura que no hay mejor ejemplo del dicho “más vale calidad que cantidad” cuando de amistad se trata. Al final, una amistad te puede sumar tanto como tu lo decidas, así que elige bien a quiénes quieres como amistades, y elige mejor a quienes quieres como amistades cercanas.
Todos merecen una amistad incondicional, que escuche, que celebre contigo, pero sobre todo, que se quede cuando todos se han ido.

Yo reconozco que soy sumamente afortunada de contar con amistades de hace más de 20 años que se han vuelto como un espejo en el que veo mi vida, que son como familia y vivo sus emociones como mías, pero también, cuento con amistades más recientes que me han demostrado lo bonito que es coincidir con alguien que está dispuesto a acompañarte en tu vida y comenzar a ser parte de ella.
A todas esas personas ¡GRACIAS!
Si llegaste hasta aquí, espero que todas tus amistades hayan llegado a tu cabeza y que al terminar, les mandes un mensaje o les hagas una llamada para recordarles cuánto valoras su compañía y que estén en tu vida.
Cuéntame, cómo son tus amistades.
댓글