Felicidad tóxica
- Ana Karen
- 18 ene 2021
- 3 Min. de lectura
Hablemos de la presión por ser feliz.
Sin duda alguna, una de las creencias que más me han hecho daño es la de pensar que todo en tu vida tiene que hacerte feliz.
Y sobre todo, pensar que la felicidad es igual a alcanzar una meta, tener una cosa, hacer ese viaje, llegar a ese día.
Todos estos pensamientos hablan de un futuro y me han impedido vivir el presente y ser consciente y agradecida de lo que hoy tengo y he tenido.
Por otro lado, parar un momento para voltear atrás y pensar “qué feliz era” me ha hecho darme cuenta que la felicidad no se encuentra cuando por fin lo logras, la felicidad se encuentra todos los días en tus pequeños logros y momentos cotidianos mientras decidas reconocerlos y vivirlos de esa manera.

Pero la verdad... está bien no estar bien
Eres humano y vives en un mundo caótico, lleno de problemas y tragedias. Es imposible estar feliz todo el tiempo y pensar que esa es la única meta en la vida me parece una carga increíblemente pesada.
La felicidad es un estado efímero y con toda la intención de ser pasajera.
Hoy creo que atravesamos un momento en el que se habla más de salud mental, de las buenas vibras, del agradecimiento, de la consciencia, del amor propio, de wellness, de salud integral y eso está increíble, pero con ello, he encontrado una presión enorme por ser feliz.
La verdad, sí creo que todo siempre se trata de actitud, de la forma en la que decides tomar las cosas y transformarlas siempre a algo positivo, pero también es importante reconocer que no siempre estás bien, no siempre estás feliz, no siempre quieres sonreír, no siempre quieres hacer lo que te corresponde, no siempre quieres hacer las cosas. Se vale, es sano y es normal.
Esto no quiere decir que dejes de hacer las cosas, pero es igual de importante reconocer ese sentimiento sin que se convierta en un estado emocional.

Dejemos de forzar la felicidad
Invalidar o evadir nuestros pensamientos de tristeza, enojo, ansiedad, decepción o cualquiera que no sea de felicidad tampoco nos llevará a ella.
Forzarnos a estar felices todo el tiempo es tóxico e imposible.
Hoy te invito a soltar esas creencias de que todo el tiempo tienes que estar feliz y mejor, reconocer que no pasa nada si un día no estás al 100%, es más ni al 50%. Te invito a ser transparente contigo misma/o y decir “hoy no me siento bien, pero eso está bien.”
Te invito a disfrutar “el camino a la felicidad” con sus altas y bajas, con sus puentes y muros, con sus luces y sombras, porque en cada una de estas tendrás la oportunidad de reconocerte, aprender y crecer.
Pero sobre todo, te invito a no ver la felicidad como un destino final, sino como un camino que ya estás caminando.
Por si te ha pasado...
También, te invito a no hacer juicios ni poner etiquetas a la vida de los demás porque “siempre se ve súper feliz”, “su vida se ve perfecta”, “nunca la he visto enojada”, “cómo no va a ser feliz si tiene todo”. Conocemos muy poco de las personas, usualmente solo lo que nos quieren mostrar y nada es perfecto, todos somos humanos y vivimos en el mismo planeta, así que no te adelantes, no te compares y recuerda que la felicidad se vive distinto en cada mente.
Y tú, ¿Cómo definirías la felicidad?
Cuéntame los momentos más felices de tu vida y por qué lo fueron.
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