Hoy que no estás
- Ana Karen
- 25 ene 2021
- 2 Min. de lectura
Hablemos de los que ya se fueron.
Tu partida fue tan dolorosa porque mi ego pensó que siempre ibas a estar para mi. Me cuestioné yo, luego a ti y después a la vida por qué sin avisar simplemente habías decidido partir. Me sobraron dudas y me faltaron respuestas. Me estanqué en los pendientes y me olvidé de los recuerdos. Solo pensaba en todo lo que nos había faltado, en todo lo que no habías dejado, en todo lo que ya no habíamos platicado.
Y la verdad, ahora que ya han pasado algunos días, mi cabeza empieza a tener un poco más de calma, empieza sentir que no necesita más preguntas, ni mucho menos respuestas.
Sobre todo, me doy cuenta como una vez más, todo lo que sentí, pensé y cuestioné hablaba más de mí que de tí que de tu partida.
Ahora lo entendí

Entendí, que tal vez he sido bastante inconsciente por pensar que al conocer a una persona con la que decido tener algún tipo de relación siempre estará para mi.
Entendí, que suelo dar por sentadas muchas cosas, pero sobre todo muchas palabras, pensando que siempre podré ver a esa persona otra vez o escribirle después.
Entendí, que tal vez esa pena que me daba por todo lo que ya no pudiste hacer es la pena que siento yo por los planes que no he podido emprender.
Entendí, que tal vez nunca me había puesto a pensar que en realidad hoy podría ser la última vez que ves a una persona.
Entendí, que quien se quedó con muchas palabras pendientes fui yo.
Hay personas que son eternos maestros...
Hay personas que no tienen que decirte nada, pero su presencia por si sola te genera claridad. Sus pasos te enseñan el camino y sus palabras de aliento te hacen sentir segura.
Me impresiona recordar todas tus palabras, todas tus sonrisas, tus consejos y tus deseos, porque cuánta razón tenías cuando me decías que tenía que estar tranquila, porque las cosas siempre llegan, que siempre debía darme un tiempo, para esa platicadita.
Contigo también se va un pedacito mío...
Contigo también se va un ciclo en mi vida y aunque tu ya no estés, me quedo yo para honrar todo eso que siempre te caracterizó. Fue un enorme placer conocerte, una delicia hablar de todo, un honor llamarte amigo y un privilegio conocer una parte de tu vida.

Hoy que no estás...
Me gusta pensar que siempre te puedo llamar, que no tengo que esperar a que nuestras agendas se acomoden porque solo necesito platicarte para saber que me vas a escuchar.
Hoy que no estás me gusta pensar que por siempre me vas a cuidar, y que ya es mi responsabilidad recordar que no estoy sola, porque tu corazón era tan grande que siempre lo puedo encontrar.
Hoy que no estás sigo aprendiendo de ti, porque sé que si sigo buscando me seguiré sorprendiendo de todo lo que dejaste en mi.
“Espero verte pronto Ana, y cuando nos veamos, te invito a cenar” así me decías siempre que terminábamos de hablar, y sé que cuando nos volvamos a encontrar así será, platicaremos de todo y nada.
Estaremos solo por el gusto de estar.
Hasta siempre amigo, hasta que nos volvamos a encontrar.
Te extrañaré siempre querido Mike.
Kommentare