¿Quién eras antes de tus heridas?

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Hablemos de quién eras antes de tus heridas.

Hace poco, tomé un taller que cambió por completo la perspectiva que tenía de mi misma. Me obligó a regresar en el tiempo para enfrentar mis peores heridas y recordar quién era antes de que me desvalidara, quién era antes de que me llevara esa decepción, quién era antes de que sintiera que no era capaz de lograr algo, quién era antes de esa etiqueta que me puse o me pusieron, en fin… antes.

Ese taller me obligó a volver a ese momento en el que estás llena de sueños y te preguntan qué quieres ser de grande y tu respondes lo que realmente te hace feliz porque no tienes miedo a ningún juicio, tampoco tienes etiquetas ni modelos mentales que te hacen asociar algo como bueno o malo, válido o inválido.

Me estremecí al recordar a esa niña que sentía que podía hacer lo que quisiera y que no podía esperar a ser mayor para cumplir todos esos sueños y creo que lo más bonito de ese vistazo hacia el pasado fue recordar mi esencia, desde lo que yo creo y no desde las ideas que me contaron de quién era yo o cómo debía de ser.

Es ahí donde entendí que parar un momento y dar un paso atrás tiene un efecto tan poderoso como recordar el propósito por el cual tomaste alguna decisión.

En mi experiencia, algo que me ha funcionado es que siempre que siento que no puedo lograr algo recuerdo por qué lo estoy haciendo y por qué decidí iniciar y es ahí donde vuelvo a conectar con una motivación y a seguir adelante. Creo que lo mismo sucede con todo el tema emocional y de introspección.

Es una realidad que hay momentos en los que nos perdemos, nos desconectamos completamente de nuestro ser y comenzamos a vivir en automático. Cuando nos damos cuenta, ya pasaron días, semanas, meses o hasta años.

Bien dicen que recordar es volver a vivir y en ese proceso de sanación te invito a preguntarte ¿quién eras antes de tus heridas? ¿En qué momento te olvidaste de tu esencia? ¿Qué evento o quién detonó que te perdieras?

Deseo que puedas reconciliarte con tu pasado y recuerdes que las respuestas siempre están dentro de ti. Está en tus manos liberarte de todas esas heridas y transformarlas en una oportunidad.

Y tú ¿Recuerdas quién eras antes?

Cuéntame cuáles son tus heridas y cómo aprendiste a reconocerlas.

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